Toda persona expresa automáticamente aquello que es consciente de ser. Sin ningún esfuerzo, o sin utilizar palabras, en cada momento, la persona está ordenándose a sí misma ser y poseer aquello que es consciente de ser y de poseer.
Este principio inmutable de expresión está escenificado en todas las Biblias del mundo. Los escritores de nuestros libros sagrados eran místicos iluminados, maestros del pasado en el arte de la psicología. Al contar la historia del alma, personificaron este principio impersonal en la forma de un documento histórico, tanto pata preservarlo como para ocultarlo de los ojos de los no iniciados.

DIOS

Cuando el ser humano renuncie a su creencia en un Dios separado de él y empiece a reconocer que su consciencia de ser es Dios, como hicieron Jesús y los profetas, entonces transformará su mundo al darse cuenta de que «Mi Padre y yo somos uno, pero mi Padre es más grande que yo». Sabrá que su consciencia es Dios y que aquello que él es consciente de ser es el hijo que es testigo de Dios, el Padre. El que concibe una idea y la idea concebida son uno, pero el que concibe es más grande que aquello que concibe. Antes de que existiera Abraham, Yo SOY. SÍ, yo era consciente de existir antes de ser consciente de que soy una persona, y el día en que deje de ser consciente de que soy una persona, seguiré siendo consciente de que existo.

La consciencia de ser no depende de que uno sea nada. Precedió a todas las ideas de sí misma y seguirá existiendo cuando todas las ideas de sí misma dejen de existir. «Yo SOY el principio y el fin.» Es decir, todas las cosas o las ideas de mí mismo empiezan y acaban en mí, pero yo, la consciencia informe, permaneceré eternamente.

HÁGASE TU VOLUNTAD

«Hágase tu voluntad y no la mía.» Esta resignación no es un fatalismo ciego; por el contrario, es la toma de consciencia iluminada de que «Yo solo no puedo hacer nada; el Padre que está en mi interior hará el trabajo». Cuando una persona desea algo, intenta hacer que algo que ahora no existe apa¬rezca en el espacio y el tiempo.

Con demasiada frecuencia no somos conscientes de lo que en realidad estamos haciendo. Inconscientemente, declaramos que no poseemos la capaci-dad para expresarnos. Basamos nuestro deseo en la esperanza de adquirir las capacidades necesarias en el futuro. «Yo no SOY, pero seré.»

Las personas no se dan cuenta de que la consciencia es el Padre que realiza el trabajo, de modo que intentan expresar aquello que no son conscientes de ser. Estos esfuerzos están condenados al fracaso; sólo el presente se expresa. A menos que yo sea consciente de ser aquello que busco, no lo encon¬traré. Dios (tu consciencia) es la sustancia y la plenitud de todo. La voluntad de Dios es el reconocimiento de lo que es, no de lo que será. En lugar de ver esta frase como «Hágase tu voluntad», debes verla como «Se hace tu voluntad». Las obras están acabadas.

CAUSA

Yo le animo a usted a pensar en el tiempo como algo precioso. Use cada momento para plantar la semilla de pensamiento de aquello que usted quiere experimentar. Entonces, cuando la semilla del pensamiento sea cosechada, recuerde el momento en que la sembró; porque cada efecto natural tiene una causa espiritual que comenzó a gestarse cuando usted se atrevió a asumir que su deseo era real.

NATURALEZA DUAL DE LA CONCIENCIA

Un claro concepto de la naturaleza dual de la conciencia del hombre debe ser la base de toda plegaria verdadera. La conciencia incluye una subconciencia asi como una parte consciente. La parte infinitamente mas grande de la conciencia yace bajo la esfera de la conciencia objetiva. El subconsciente es la parte mas importante de la conciencia. Es la causa de la accion voluntaria. El subconsciente es lo que el hombre es. El consciente es lo que el hombre conoce. “Yo y mi Padre somos uno pero mi Padre es mas grande que yo”. El consciente y el subconsciente son uno, pero el subconsciente es mas grande que el consciente. “Yo por mi mismo no puedo hacer nada, el Padre dentro de mi, El hace el trabajo”. Yo, conciencia objetiva, por mi mismo nada puedo hacer; el Padre, el subconsciente, El hace el trabajo.

El subconsciente es eso en lo cual todo es conocido, en lo cual todo es posible, a lo cual todo va, de lo cual todo viene, que pertenece a todos, al cual todos tienen acceso. Eso de lo que somos conscientes esta construido de aquello de lo que no somos conscientes.

Nuestras asunciones subconscientes, no solamente influencian nuestro comportamiento sino que tambien conforman el patron de nuestra existencia objetiva. Ellos a solas tienen el poder de decir, “Hagamos al hombre –manifestacion objetiva, a nuestra imagen y semejanza”.

La totalidad de la creacion esta dormida dentro de la profundidad del hombre y es despertada a la existencia objetiva por sus asunciones subconscientes. Dentro de esa vacuidad que llamamos sueño hay una consciencia en indormitante vigilancia, y -mientras el cuerpo duerme- este ser indurmiente libera, desde la casa del tesoro de la eternidad, las asunciones subconscientes del hombre. La plegaria es la llave que abre el almacen infinito. “Pruebame ahora por medio de esto, dijo el Señor de las huestes, si no te abrire los ventanales del Cielo y derramare tanta bendicion sobre ti que no habra espacio bastante para recibirla.” La plegaria modifica o cambia completamente nuestras asunciones subconscientes, y un cambio de asuncion es un cambio de expresion.

La mente consciente razona inductivamente por observacion, experiencia y educacion. Por eso encuentra dificil creer lo que los cinco sentidos y la razon inductiva niegan. El subconsciente razona deductivamente y nunca se interesa por la verdad o falsedad de la premisa, sino que procede sobre la asuncion de la propiedad de la premisa y objetiviza resultados que son consistentes con la premisa. Esta distincion debe ser vista claramente por todos quienes quisieran dominar el arte de orar. No se puede obtener una verdadera comprension de la ciencia de la plegaria hasta que las leyes que gobiernan la naturaleza dual de la conciencia sean entendidas y la importancia del subconsciente captada.

Neville Goddard

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