No hay nada más importante que sentise bien



"Elijo vivir en el Mundo Fácil, donde todo es fácil"




Si estás dispuesto a permitir que tu estado emocional mejorado sea la evidencia de tu progreso, entonces el progreso continuará; continuarás sintiéndote aún mejor y el punto de inflexión vendrá donde pueda verse evidencia física. Pero si buscas demasiado rápido la evidencia, y no la encuentras, perderás terreno. La necesidad de ver la evidencia inmediata de progreso es el mayor obstáculo para la mayoría de la gente. Cuando intentas evaluar tu progreso demasiado pronto, te alejas de los resultados que buscas. Abe

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  • Te amo tanto qué no me importa lo que pienses.
  • Te veo como tú eres realmente, no como estás siendo en este momento, conozco el poder de tu ser y sé la razón de por qué estás tan molest@ ahora mismo, es porque tú ahora mismo no te estás permitiendo ser la persona brillante, hermosa y alineada de la que me enamoré desde el comienzo, y si no te importa me iré y mantendré el pensamiento de quién realmente eres en vez de discutir contigo en este estado desconectado.
  • Te he visto alinead@ y en tu estado no alinead@ y me gustas más cuando estás alinead@, pero cuando yo estoy alinead@ no importa.
  • Cuando estoy alinead@, puedes ser de la forma que quieras ser, porque mi amor por ti es incondicional.
  • Nunca más te voy a hacer responsable por cómo yo me sienta ¡¡qué libertad le das a quien sea que le digas esto!! Yo estoy a cargo de cómo me siento. Y lo sé tan bien, que ni siquiera tengo que pedir lo mismo de ti.
  • Soy tan buen@ en amar incondicionalmente, que no necesito que tú sepas cómo hacerlo.
(C) Abraham-Hicks Publications

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¿Abraham está diciendo que podrías alcanzar lo que consideras ser una condición humana física de primera calidad y que podrías mantenerlo por tanto tiempo como permanezacas enfocado físicamente en este cuerpo? La respuesta es, absolutamente si. Y no significa alcanza tu calidad de primera y lanzate de un acantilado ese mismo día tampoco. Significa, alcanza esa calidad de primera y deléitate en lo delicioso que es. Ahora, ¿por qué es más consistente el otro tipo de experiencia? Porque la mayoría mira alrededor y vibra en respuesta a lo que ven. Entonces, ¿cuál es la solución? Mira menos alrededor. Imagina más. Mira menos alrededor. Imagina más. Hasta que tu imagen mental es la vibración más familiar que tienes.

Extraído del taller en Boca Raton, FL
el sábado 16 de enero de 1999
(C) Abraham-Hicks Publications
http://www.abraham-hicks.com

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A riesgo de parecer disco rayado te diremos que nuestra unica sugerencia es que sean felices. Ahora mismo. Que esa sea su única finalidad. Por que? Porque al ser felices se saben plenos, se saben abundantes, se saben sanos, bajan la resistencia y permiten que se eleve su vibracion. Eso es todo.

The Essence
P.O. Box 273355
Houston, TX 77277-3355
Usa

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~ He aquí a Dios ~


Ramtha:

Durante años se te ha enseñado que Dios está fuera de tu reino en algún lugar en la inmensidad del espacio. Muchos de vosotros habéis creído esto y lo habéis aceptado como una verdad. Pero Dios, la principal causa de toda la vida, nunca ha estado fuera de ti, eres tú. Él es el maravilloso proceso de pensamiento, la inteligencia suprema que yace silenciosa y siempre presente dentro del hombre.

Se te ha enseñado que naces tan sólo para vivir en un determinado momento del tiempo, envejecer y después morir. Y como has creído que es verdad, se ha convertido de hecho en la realidad de tu vida en este plano. Pero yo estoy aquí para ayudarte a que te des cuenta de que eres, verdaderamente,una esencia inmortal y siempre continua que ha vivido durante billones de años, desde que Dios, tu amado Padre, la totalidad del pensamiento, se contempló a sí mismo en la brillantez de la luz, que es en lo que os convertisteis todos vosotros. Fue entonces cuando cada uno de vosotros se convirtió en un ser único y soberano, una parte de la mente de Dios para siempre. Se te ha enseñado que Dios es una entidad singular, que con sus manos hizo el cielo y la tierra, y después creó a la criatura viviente llamada hombre. Pero sois vosotros, poseedores de la divina inteligencia y la voluntad libre, los grandes creadores de la totalidad de la vida. Sois vosotros quienes crearon el sol de la mañana, el cielo del atardecer, y el encanto de todas las cosas que existen. Sois vosotros, en verdad, los creadores de esta noble criatura llamada hombre, para que así vosotros, que erais luces brillantes en el vacío del espacio, pudierais experimentar toda la maravilla de vuestras formas creadas.

Mis amados hermanos, el entendimiento de quiénes sois es, verdaderamente, una colección de ilusiones que habéis estado viviendo durante miles de años. Vosotros sois más que meramente humanos. Mucho más que la limitada criatura llamada hombre. Sois Dios. Siempre lo habéis sido y siempre lo seréis. Sois los grandes creadores inmortales que han estado viviendo aquí, vida tras vida tras vida, para comprender este gran conocimiento que permitisteis que se os arrebatara.

Todos vosotros sois Dios mismo, creados de él mismo. Sois dioses creados por Dios, la primera y única creación directa de la Fuente de toda la vida. Al aventuraros en la exploración de la vida, habéis combinado vuestra suprema inteligencia con materia celular para convertiros en Dios-hombre: la mente de Dios expresándose en la forma llamada humanidad; dioses viviendo en la maravilla de su propia creación llamada hombre. La humanidad, el hombre, la mujer: es Dios, en verdad, maravillosamente disfrazado de entidades limitadas y miserables.

¿Quién eres tú? ¿Por qué estás aquí? ¿Cuál es tu propósito y tu destino? ¿Piensas que eres meramente una criatura de coincidencia, nacida para vivir en una brizna del tiempo y después no ser nada más? ¿De verdad? ¿Qué te hace pensar que no has vivido antes? ¿Y por qué ahora? ¿Y por qué tú?

Has vivido sobre este plano miles de vidas, y has ido y venido como un viento inconstante, has vivido cada cara, cada color, cada credo, cada religión. Luchaste y lucharon contra ti, fuiste rey y sirviente por igual, marinero y capitán, conquistador y conquistado. Has sido cada personaje de la historia. ¿Por qué? Para sentir, para adquirir sabiduría, para identificar el mayor misterio de todos los tiempos: tú.

¿De dónde crees que vienes? ¿Piensas acaso que eres simplemente un miserable montón de materia celular que evolucionó a partir de una célula? Entonces, ¿quién es el que mira tan fijamente desde lo más profundo de tu ojos? ¿Quién es la esencia que te da personalidad y singularidad, tu carácter y entusiasmo, tu capacidad de amar, de abrazar, de confiar, de soñar, así como el impresionante poder de crear? ¿Y dónde acumulaste toda la inteligencia, todo el conocimiento, y toda la sabiduría que manifiestas incluso desde que eras un niño? ¿Crees que te conviertes en lo que eres meramente en una vida que no es más que un suspiro en la eternidad?

Has llegado a ser lo que eres en la inmensidad del tiempo, al vivir vida tras vida. Y con cada una de esas experiencias has acumulado la sabiduría que te ha permitido dar forma a la belleza y singularidad que tú eres. Eres demasiado valioso, demasiado hermoso como para haber sido creado con el fin de vivir tan sólo en un instante de la eternidad del tiempo.

¿Crees acaso que tus padres te crearon? Tu madre y tu padre son tus padres genéticos, pero no te crearon. En un entendimiento mayor, ellos son tus hermanos queridos, y tú eres, en verdad, tan viejo como ellos, ya que todas las entidades fueron creadas en el mismo momento. Todas nacieron cuando Dios, el gran y magnífico pensamiento, se contempló a sí mismo y se extendió hasta la brillantez de la luz. Ese fue tu comienzo, y tu nacimiento. Tu verdadero Padre es Dios, el principio Madre/Padre de toda la vida.
¿Crees que tu cuerpo es lo que realmente eres? En absoluto. Tu cuerpo es sólo un manto que representa a la esencia invisible que es tu verdadera identidad: la colección de actitudes-sentimientos llamada personalidad-yo, que yace dentro de tu cuerpo.

Considera esto por un momento: ¿qué es lo que amas de otra entidad? ¿Es el cuerpo? No. Es la esencia de la otra persona lo que amas, la personalidad-Yo invisible que yace detrás de los ojos. Lo que tú amas en otro es la esencia invisible que hace que el cuerpo funcione, que los ojos parpadeen, que la voz sea melodiosa, que el cabello tenga brillo y las manos tacto.

Tu cuerpo es una máquina refinada y maravillosa —y en verdad lo es— pero no es nada sin aquello que lo hace funcionar, que eres tú. Lo que tú eres no es tu cuerpo, sino una colección de pensamientos o sentimientos-actitudes que se presentan como una personalidad-yo única. ¿Y has visto alguna vez tus pensamientos? ¿Has visto alguna vez tu personalidad? Y tu risa, podrías oírla sin tu cuerpo? No tienes idea de cuán grande eres en realidad, Porque lo que eres realmente es tan invisible como el viento. Así como yo soy un enigma para ti, también lo eres para ti mismo, el mayor enigma de todos.


¿Sabes lo que eres sin tus pretensiones? ¿Sin las máscaras que llevas? ¿Sin tu armadura de corazón duro? En el centro de tu ser, tú eres Dios, en verdad. Dios, el gran misterio para la humanidad, nunca estuvo fuera de ti. Pues lo que se oculta detrás de tus ojos, detrás de tus finas ropas, detrás de la ilusión de tu rostro, es la virtud invisible del pensamiento llamada Dios: la personalidad-yo que hace que tú seas tú. El Dios dentro de ti es la sublime inteligencia que te acredita y te da el impresionante poder de crear, es la maravillosa fuerza vital que sostiene tu vida por siempre y para siempre.

El cuerpo que habitas es una magnífica creación de los dioses: tú y tus amados hermanos. Fue creado para que tú, una esencia invisible de pensamiento y emoción, pudieras tener un intercambio con la vida que creaste sobre este plano. La criatura llamada hombre fue creada simplemente como un vehículo de expresión, de forma que, a través de los sentidos del cuerpo, todas las creaciones de este plano pudieran ser experimentadas y entendidas por los dioses que las crearon en el principio.

El cuerpo fue creado para albergar un sistema eléctrico muy complejo de variables de luz que forman y constituyen la verdadera entidad del Yo. Lo que realmente eres no es el tamaño de tu cuerpo. Eres un punto de luz diminuto. En la pequeñez de tu ser se acumula todo lo que has sido desde que naciste de Dios, tu amado Padre.

Tú, el principio-Dios, no eres una entidad de carne, sino un principio de luz redondeada e incandescente de energía pura, que vive dentro de un cuerpo con el fin de obtener el premio de la vida creativa, llamado emoción. Lo que realmente eres no es lo que habitas, sino lo que sientes. Se te conoce por tus emociones, no por tu cuerpo.

Lo que realmente eres es espíritu y alma, una entidad de luz y una entidad emocional combinadas. Tu espíritu —este pequeño punto de luz— rodea todas las estructuras moleculares de tu cuerpo; por lo tanto, alberga y sostiene la masa corpórea de tu cuerpo. Tu alma vive dentro de la masa, cerca del corazón, en una cavidad bajo una coraza de hueso en donde nada existe salvo energía eléctrica. Tu alma registra y almacena, en forma de emoción, cada pensamiento que hayas tenido. Es a causa de la colectividad única de emociones almacenadas en tu alma que tienes una identidad-ego, una personalidad-yo única. El cuerpo que habitas es simplemente un portador, un vehículo escogido y refinado que te permite vivir y jugar sobre un plano de materia. Sin embargo, gracias a tu vehículo, te has sumido en la ilusión o que tu cuerpo es lo que tú eres. Pero no es así. Así como Dios no tiene imagen, tú tampoco.

GRAN Dios CREADOR QUE ERES, ¿quién piensas que ha creado tu vida? Crees acaso que un ser supremo o fuerzas externas han controlado tu vida? Esa no es la verdad como se la conoce. Eres el único responsable de todo lo que has hecho, sido o experimentado. Tú, que tienes el poder de crear la magnificencia de las estrellas, has creado cada momento y cada circunstancia de tu vida. Quien tú eres, tú lo elegiste. Tu aspecto, tú lo creaste. El modo en que vives, tú lo diseñaste y destinaste totalmente. Este es el ejercicio y el privilegio, si quieres, de ser Dios-hombre.

Tú creaste tu vida a través de tus propios procesos de pensamiento y tu manera de pensar. Cada cosa que piensas, la sientes; y todo lo que sientes se manifiesta para crear las condiciones de tu vida.

Reflexiona sobre esto: basta sólo un momento para visualizar la felicidad, y todo tu cuerpo se sentirá feliz. Tan sólo basta un momento para jugar el papel de criatura desdichada a la cual no quiere nadie, y sentirás tristeza y pena por ti mismo. Sólo necesitas un momento para hacer eso. Basta un solo momento para dejar de sollozar y reír con alegría, un solo momento para dejar de juzgar y sentir la belleza de todas las cosas. Ahora, ¿quién está haciendo todo esto? Tú. Y mientras tú has tenido esta fantasía de sentimientos creados dentro de tu ser, ¿ha cambiado algo a tu alrededor? No. Pero todo lo que tú eres sí.

Eres precisamente lo que piensas. Cada cosa que piensas, así será en tu vida. Si contemplas una fantasía de copulación, tu ser será seducido. Si contemplas miseria, tendrás miseria. Si contemplas infelicidad, la tendrás. Si contemplas alegría, la tendrás. Si contemplas genio, ya está ahí.

¿Cómo se crea tu futuro? A través del pensamiento. Todos tus mañanas están diseñados por tus pensamientos del día de hoy. Porque cada pensamiento que contemplas, cada fantasía que tienes —sin importar cuál sea su Propósito emocional— crea un sentimiento dentro de tu cuerpo que queda registrado en tu alma. Ese sentimiento entonces sienta un precedente para las condiciones de tu vida, ya que producirá circunstancias que crearán y reflejarán el mismo sentimiento que fue grabado en tu alma. Entiende que cada palabra que pronuncias está creando tus días por venir, porque las palabras son sólo sonidos que expresan los sentimientos de tu alma que han nacido del pensamiento.
¿Crees que las cosas ocurren simplemente por casualidad? Esa no es la verdad como se la conoce. En este reino no existen tales cosas como los accidentes, las casualidades o una coincidencia. Y nadie es víctima de los designios o la voluntad de nadie. Todo lo que te ocurre, tú lo has pensado y sentido en tu vida, ya sea que lo hayas fantaseado en suposiciones y temores, o que alguien te haya dicho que sucedería, y tú lo aceptaste como verdad. Todo cuanto acontece, sucede como un acto intencionado y decretado por el pensamiento y la emoción. Todo.


Todo lo que alguna vez hayas pensado, cada una de las fantasías que has tenido, todo aquello de lo que has hablado, ha ocurrido o está por ocurrir. Porque, ¿cómo piensas que se crean todas las cosas? Se crean a través del pensamiento. El pensamiento es el auténtico fundador de la vida inmortal e indestructible, y tú lo has usado para convertirte en la vida, porque ese es tu eslabón con la mente de Dios.

Durante siglos, muchas entidades han intentado enseñarte esta verdad a través de adivinanzas, de canciones, de escrituras, pero la mayoría de vosotros no ha querido darse cuenta, porque muy pocos han aceptado la responsabilidad de llevar sus vidas sobre sus propias espaldas. Pero este reino funciona de manera que todo lo que piensas —cada actitud que tomas contigo mismo, el Padre, la vida— llegará a ser. Desde la más vil y horrorosa de las cosas, hasta la más exquisita y suprema, porque sólo tú conoces la diferencia; el Padre sólo conoce la vida. Así que conseguirás todo lo que pronuncies. Eres todo lo que piensas, tú «soy» todo lo que concluyas.

Mientras menos pienses de ti mismo, menos serás. Cuanto menos crédito te des por tu inteligencia, más imbécil serás. Mientras menos hermoso te creas, más feo te volverás. Mientras más pobre creas ser, mayor será tu miseria, porque así lo has decretado tú.

Contempla cuán grande es el amor de Dios, que te permite ser y crear por ti mismo cualquier cosa que desees y, sin embargo, nunca te juzga. Contempla cómo es el amor que tiene por ti, que manifiesta cada pensamiento que abrazas y cada palabra que pronuncias. Contémplalo.
Entonces, ¿quién es el creador de tu vida? Tú. ¿Quién es el diseñador de tu vida? Tú. Todo lo que tú eres, y todo lo que has experimentado, lo has creado a través de tu propio razonamiento colectivo a través del pensamiento, que es Dios. Tú has aceptado en tu vida precisamente lo que has deseado aceptar, y has experimentado la vida de acuerdo con tus valores aceptados. Eres tú quien determina lo que es bueno para ti, lo que es aceptable para ti y lo que va a ser experimentado por ti. Eres tú, con tu propio pensamiento.


No eres un esclavo, un sirviente, o el títere de alguna deidad que te observa en tu lucha. Tú vives en la inmensidad de la vida en exquisita libertad. Cada uno de vosotros tiene la voluntad libre para aceptar y abrazar cualquier pensamiento que elija; y con ese poder increíble lo has creado todo para ti mismo. Porque cada uno de tus pensamientos crea el destino que yace ante ti Y cada uno de tus sentimientos crea tu camino al que llamas vida. Cada cosa que pienses y luego sientas, así será en tu vida, pues el Padre dice: «Cada emoción, que así sea».

¿Quién eres tú? Eres Dios, que posees dentro del silencio de tu ser la capacidad de pensar, la capacidad de crear, la capacidad de convertirte en cualquier cosa que desees, porque en este momento eres, precisamente, lo que has elegido ser, y nadie te ha impedido que llegues a serlo. Eres el que dicta las leyes, el supremo creador de tu vida y de las circunstancias de la vida. Tú eres, de hecho, el supremo gobernante de una inteligencia totalmente sabia que te has negado a reconocer enteramente en ésta y en muchas otras vidas.

Hubo un tiempo en que podías crear una flor. Pero ¿qué creas ahora para ti mismo? Tus mayores creaciones son infelicidad, preocupación, pena, miseria, odio, discordia, negación de ti mismo, envejecimiento, enfermedad y muerte. Creas para ti una vida de limitación al aceptar creencias limitadas, que entonces se convierten en verdades inquebrantables dentro de tu ser, y por lo tanto, en la realidad de tu vida. Te separas de la vida al juzgar todas las cosas, a todo el mundo e incluso a ti mismo. Vives de acuerdo con un código de moda llamado belleza, y te rodeas de cosas que te permiten ser aceptado por la conciencia limitada del hombre, que no acepta nada salvo su propio ideal inalcanzable. Eres un bebé que nace para crecer, perder la vitalidad de tu cuerpo, y creer en el envejecimiento hasta que pereces.

Vosotros, los grandes dioses creadores que fuisteis una vez los vientos de la libertad, os habéis convertido en entidades que viven como rebaños, que se encierran en grandes ciudades y viven con miedo detrás de sus puertas y cerrojos. En lugar de altísimas montañas y maravillosos vientos, tenéis grandes edificios y una conciencia aterradora. Habéis creado una sociedad que regula cómo debéis pensar, lo que debéis creer, cómo debéis actuar, y cuál debe ser vuestro aspecto.

Temes a la guerra y a los rumores de guerra, temes a la enfermedad. Temes no ser reconocido. Tiemblas al mirar a alguien a los ojos, sin embargo anhelas ese afecto llamado amor. Cuestionas cada cosa buena que te sucede y dudas que te vuelva a suceder. Te arrastras en la plaza del mercado en busca de la fama y el éxito, el oro, las rupias, los dracmas y los dólares. ¡Ah! Sólo por un poco de alegría.

Tus pensamientos te han llevado a la desesperación, a creerte indigno. Tus pensamientos te han llevado al fracaso y a la enfermedad. Te han llevado hasta la muerte. Todas estas cosas las has creado tú. Pues el ardiente creador dentro de ti, que tiene el poder de tomar un pensamiento y crear universos, o situar estrellas incandescentes en los cielos durante una eternidad, se ha atrapado a sí mismo en la creencia y el dogma, en la moda y la tradición, pensamiento limitado tras pensamiento limitado tras pensamiento limitado. Y es tu propia incredulidad la que no te ha permitido vivir.

¿En qué no crees? En todo lo que no puedes percibir con los sentidos de tu cuerpo, en todo lo que no puedes ver, oír, tocar, probar u oler. Enséñame una creencia, ponía en mi mano. Enséñame una emoción, quiero tocarla. Enséñame un pensamiento, ¿dónde está? Muéstrame tu actitud, ¿qué aspecto tiene? Muéstrame la imagen del viento. Y muéstrame el tiempo, el mismo que te ha robado los preciosos momentos de tu vida.

Has desconfiado de los mayores regalos de la vida; y por eso no has permitido que ocurriera un entendimiento más ilimitado. Vida tras vida, existencia tras existencia, te has sumergido de tal manera en las ilusiones de este plano, que has olvidado el maravilloso fuego que fluye dentro ti. En diez millones y medio de años has pasado de ser una entidad soberana y todopoderosa, a estar totalmente perdido en la materia, esclavizado por tus propias creaciones del dogma, la ley, la moda y la tradición; separado por país, fe, raza y sexo; inmerso en los celos, la amargura, la culpabilidad y el miedo. Te has identificado de tal manera con tu cuerpo, que te has atrapado en la supervivencia y olvidado de la esencia invisible que realmente eres: el Dios que vive dentro de ti, que te permite crear tus sueños, cualquiera que elijas. Has rechazado abiertamente la inmortalidad; y por eso, morirás, y volverás aquí, una y otra y otra vez. Por eso, aquí estás de nuevo, después de haber vivido durante diez millones y medio de años y aún te aferras a tu incredulidad. Dios, la totalidad del pensamiento, es un gran teatro, en verdad. Y él permite escribir tu propia obra y representarla acto tras acto sobre el escenario. Y cuando cae el telón, cuando se dice la última palabra y se hace la última reverencia, mueres. ¿Por qué razón? Porque tú, el creador supremo las leyes, crees que lo harás.

Esta vida es un juego; una ilusión. Todo lo es. Pero vosotros, los actores, habéis llegado a creer que es la única realidad. Sin embargo, la única realidad que siempre ha existido y siempre existirá es la vida, una esencia de ser libre y siempre continua que te permite crear tus juegos de cualquier manera que los quieras jugar.

Cuando te des cuenta de que tienes el poder con tus pensamientos de situarte en la ignorancia, en la enfermedad y en la muerte, también te darás cuenta de que tienes el poder de llegar a ser más grande simplemente abriéndote hacia un flujo de pensamiento más ilimitado que te permita tener mayor genio, mayor creatividad, y vivir para siempre. Cuando te des cuenta de que el Dios que creó el cuerpo en un principio es el poder que está dentro de ti, tu cuerpo nunca envejecerá ni enfermará, y nunca perecerá. Pero mientras te aferres a tus creencias y limites tu pensamiento, nunca experimentarás la infinitud que dio la gloria al sol de la mañana y el misterio al cielo del atardecer.

¿Qué pasa cuando te has rebajado tanto que pereces en este plano? Bueno, el cuerpo muere, pero tú, que piensas en el silencio que yace detrás de tus ojos, siempre vives. Cuando dejes este plano, si eliges morir, tu auténtico Yo no será enterrado debajo de la tierra, ni será pasto de los gusanos y después ceniza. Tú sigues como el viento. Vas al mismo lugar de donde viniste, y ahí decides lo que deseas hacer en tu próxima aventura, pues es eso es exactamente lo que es. Y volverás aquí, tantas veces como lo desees, hasta que recobres tu identidad como Dios. Entonces comenzarás una aventura mayor en verdad, en otro cielo, en otro lugar.

Se te ama mucho más de lo que nunca hayas imaginado, pues no importa lo que hagas, siempre vivirás. Entonces, ¿por qué te has preocupado? ¿por qué has luchado? ¿Por qué te has enfermado? ¿Por qué te has entristecido? ¿por qué te has limitado? ¿por qué no has disfrutado del esplendor del amanecer, la libertad del viento y la risa del niño? ¿Por qué no has vivido, en lugar de esforzarte?

Vivirás una y otra vez. Tu semilla es perpetua, es para siempre. A pesar de todas tus incredulidades, y sin importar cuánto limites tu reino, cuánto te preocupes y te desesperes hay algo con lo que nunca acabarás, y eso se llama vida. No importa lo incrédulo que seas, siempre tendrás vida, porque ese es el valor llamado Dios, y eso eres tú.
Esta vida que estás viviendo es un sueño, un gran sueño, una apariencia, si quieres. Es pensamiento jugando con materia, creando realidades profundas que atan tus emociones a este plano hasta que tú, el soñador, despierte.


Nunca supiste lo hermoso que eras, pues nunca realmente te miraste a ti mismo, nunca miraste quién eres y lo que eres. ¿Quieres ver cómo es Dios? Ve y mira en un espejo: lo estás mirando directamente a la cara.

Sabe que eres valioso. No hay medida que pueda medir tu valor. No hay imagen que retrate tu belleza. Y no hay final en tu reino.

El más grandioso sermón que se haya dicho alguna vez fue pronunciado por un gran maestro en lo alto de una montaña. Mientras miraba a las gentes que venían a escucharlo, les dijo: «He aquí a Dios». Eso fue todo lo que tuvo que decir: «He aquí a Dios». Pues cada uno de ellos había creado sus limitaciones, sus deseos y enfermedades, su riqueza o su pobreza, su alegría y su tristeza, su vida y su muerte.

He aquí a Dios. Recuerda esto. Porque tú eres él, quien vive en cada cosa. Un día dirás de ti mismo: «He aquí a Dios». Tocarás el Yo, eso es todo lo que tienes que hacer.

Ramtha/J.Z Knight
(c) Todos los derechos reservados

Fuente:
http://www.scribd.com/doc/23810752/he-aqui-a-dios

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Muchas veces cuando tengo dos mil apuntes que estudiar acabo no haciendo nada. Y he estado preguntandome porqué. Me invade una sensación de vaguancia tremenda, como si aunque puedo estudiar, no hay ganas...

Y se me ha ocurrido la solución! Es algo peligrosa, pero sale bastante bien ^^


Se trata de que cuando te sientes así de pffff te pares y te preguntes que es lo que más te apetece hacer en ese momento. Luego hazlo y despues tendras ganas de estudiar o de hacer lo que no tenias ganas de hacer.

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Toda persona expresa automáticamente aquello que es consciente de ser. Sin ningún esfuerzo, o sin utilizar palabras, en cada momento, la persona está ordenándose a sí misma ser y poseer aquello que es consciente de ser y de poseer.
Este principio inmutable de expresión está escenificado en todas las Biblias del mundo. Los escritores de nuestros libros sagrados eran místicos iluminados, maestros del pasado en el arte de la psicología. Al contar la historia del alma, personificaron este principio impersonal en la forma de un documento histórico, tanto pata preservarlo como para ocultarlo de los ojos de los no iniciados.

DIOS

Cuando el ser humano renuncie a su creencia en un Dios separado de él y empiece a reconocer que su consciencia de ser es Dios, como hicieron Jesús y los profetas, entonces transformará su mundo al darse cuenta de que «Mi Padre y yo somos uno, pero mi Padre es más grande que yo». Sabrá que su consciencia es Dios y que aquello que él es consciente de ser es el hijo que es testigo de Dios, el Padre. El que concibe una idea y la idea concebida son uno, pero el que concibe es más grande que aquello que concibe. Antes de que existiera Abraham, Yo SOY. SÍ, yo era consciente de existir antes de ser consciente de que soy una persona, y el día en que deje de ser consciente de que soy una persona, seguiré siendo consciente de que existo.

La consciencia de ser no depende de que uno sea nada. Precedió a todas las ideas de sí misma y seguirá existiendo cuando todas las ideas de sí misma dejen de existir. «Yo SOY el principio y el fin.» Es decir, todas las cosas o las ideas de mí mismo empiezan y acaban en mí, pero yo, la consciencia informe, permaneceré eternamente.

HÁGASE TU VOLUNTAD

«Hágase tu voluntad y no la mía.» Esta resignación no es un fatalismo ciego; por el contrario, es la toma de consciencia iluminada de que «Yo solo no puedo hacer nada; el Padre que está en mi interior hará el trabajo». Cuando una persona desea algo, intenta hacer que algo que ahora no existe apa¬rezca en el espacio y el tiempo.

Con demasiada frecuencia no somos conscientes de lo que en realidad estamos haciendo. Inconscientemente, declaramos que no poseemos la capaci-dad para expresarnos. Basamos nuestro deseo en la esperanza de adquirir las capacidades necesarias en el futuro. «Yo no SOY, pero seré.»

Las personas no se dan cuenta de que la consciencia es el Padre que realiza el trabajo, de modo que intentan expresar aquello que no son conscientes de ser. Estos esfuerzos están condenados al fracaso; sólo el presente se expresa. A menos que yo sea consciente de ser aquello que busco, no lo encon¬traré. Dios (tu consciencia) es la sustancia y la plenitud de todo. La voluntad de Dios es el reconocimiento de lo que es, no de lo que será. En lugar de ver esta frase como «Hágase tu voluntad», debes verla como «Se hace tu voluntad». Las obras están acabadas.

CAUSA

Yo le animo a usted a pensar en el tiempo como algo precioso. Use cada momento para plantar la semilla de pensamiento de aquello que usted quiere experimentar. Entonces, cuando la semilla del pensamiento sea cosechada, recuerde el momento en que la sembró; porque cada efecto natural tiene una causa espiritual que comenzó a gestarse cuando usted se atrevió a asumir que su deseo era real.

NATURALEZA DUAL DE LA CONCIENCIA

Un claro concepto de la naturaleza dual de la conciencia del hombre debe ser la base de toda plegaria verdadera. La conciencia incluye una subconciencia asi como una parte consciente. La parte infinitamente mas grande de la conciencia yace bajo la esfera de la conciencia objetiva. El subconsciente es la parte mas importante de la conciencia. Es la causa de la accion voluntaria. El subconsciente es lo que el hombre es. El consciente es lo que el hombre conoce. “Yo y mi Padre somos uno pero mi Padre es mas grande que yo”. El consciente y el subconsciente son uno, pero el subconsciente es mas grande que el consciente. “Yo por mi mismo no puedo hacer nada, el Padre dentro de mi, El hace el trabajo”. Yo, conciencia objetiva, por mi mismo nada puedo hacer; el Padre, el subconsciente, El hace el trabajo.

El subconsciente es eso en lo cual todo es conocido, en lo cual todo es posible, a lo cual todo va, de lo cual todo viene, que pertenece a todos, al cual todos tienen acceso. Eso de lo que somos conscientes esta construido de aquello de lo que no somos conscientes.

Nuestras asunciones subconscientes, no solamente influencian nuestro comportamiento sino que tambien conforman el patron de nuestra existencia objetiva. Ellos a solas tienen el poder de decir, “Hagamos al hombre –manifestacion objetiva, a nuestra imagen y semejanza”.

La totalidad de la creacion esta dormida dentro de la profundidad del hombre y es despertada a la existencia objetiva por sus asunciones subconscientes. Dentro de esa vacuidad que llamamos sueño hay una consciencia en indormitante vigilancia, y -mientras el cuerpo duerme- este ser indurmiente libera, desde la casa del tesoro de la eternidad, las asunciones subconscientes del hombre. La plegaria es la llave que abre el almacen infinito. “Pruebame ahora por medio de esto, dijo el Señor de las huestes, si no te abrire los ventanales del Cielo y derramare tanta bendicion sobre ti que no habra espacio bastante para recibirla.” La plegaria modifica o cambia completamente nuestras asunciones subconscientes, y un cambio de asuncion es un cambio de expresion.

La mente consciente razona inductivamente por observacion, experiencia y educacion. Por eso encuentra dificil creer lo que los cinco sentidos y la razon inductiva niegan. El subconsciente razona deductivamente y nunca se interesa por la verdad o falsedad de la premisa, sino que procede sobre la asuncion de la propiedad de la premisa y objetiviza resultados que son consistentes con la premisa. Esta distincion debe ser vista claramente por todos quienes quisieran dominar el arte de orar. No se puede obtener una verdadera comprension de la ciencia de la plegaria hasta que las leyes que gobiernan la naturaleza dual de la conciencia sean entendidas y la importancia del subconsciente captada.

Neville Goddard

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Hace unos días tuve un sueño...


Estaba con mis hermanas en una habitación soleada que no pude reconocer y por la ventana se coló un bello pájaro de colores magníficos. Éste, solo quería posarse en mi hombro, y todos reíamos y mirábamos a aquel pajarillo acurrucado sobre mi corazón. De repente y sin saber cómo ese dulce pájaro que me buscaba se convirtió en un bebé de un par de años de edad que hacía pucheros porque quería ir baño…jeje. Curioso...jeje



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